No permiten el desove de tortugas cardón en playa de Vargas

Algunos habitantes de la zona agreden a los reptiles, lo que provoca que interrumpan el desove y traten de huir al mar. Organizaciones ecologistas muestran evidencias y solicitan protección para las tortugas en esa zona.

martes 17 de junio de 2014


En estos días, sobre la arena de Playa Pelúa se libran algunos combates desiguales: habitantes de la zona agreden a tortugas de la especie cardón, cargadas de huevos.

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La tortuga cardón es la más grande del mundo. Puede llegar a pesar 600 kilos y medir más de dos metros. Es, como todas las tortugas, un animal solitario, que prefiere hundirse en aguas de altamar. Y las únicas veces que siente el instinto maternal es cuando está cargada de huevos y necesita desovarlos. Es entonces cuando abandona su hábitat marino, y busca un lugar tranquilo donde liberarlos.

Así llega con todo su peso a Playa Pelúa, una de las zonas favoritas de desove de las cardón. Y cuando está en plena faena, siente una carga extraordinaria sobre su caparazón y una fuerza que intenta llevársela. El desove, por supuesto, es interrumpido y la huída al mar se convierte en una prioridad. No siempre lo logra.

Con evidencias fotográficas y de video, ecologistas de la zona y la asociación ambientalista Conbive, han manifestado preocupación por esta situación y han solicitado al Ministerio del Ambiente que aplique medidas de protección en la zona.

«En estos momentos, Playa Pelúa está cargada de huevos de tortuga cardón. Hemos identificado cuatro nidos en menos de dos semanas, de los cuales no hemos dejado rastro alguno para evitar que los seres humanos interrumpan el proceso evolutivo de la especie», comenta Giorgio Marín Saccoccia, ecologista de la zona.

Marín pudo documentar uno de estos ataques que dos personas hicieron contra una tortuga cardón que intentaba desovar. Aunque en esa oportunidad no logró depositar los huevos, al menos la tortuga fue salvada gracias a la ayuda de un grupo de surfistas que se enfrentaron a los agresores, identificados como pobladores de Camurí Grande.

Una de las imágenes muestra al vecino del pueblo de Camurí Grande subiéndose a la tortuga para interrumpir la expulsión de huevos y la huída al mar. En otras dos fotos, se observa el intento de arrastre de la persona a la tortuga, con el fin de llevársela y de desviar su camino al océano. En la última fotografía se ve cómo surfistas de la zona auxilian a tortuga para que retorne a su hábitat.

«Lo más grave de esta situación es la interrupción del proceso natural de desove y más cuando se trata de una especie amenazada en nuestro país», concluye Marín.

tortuga cardon
Surfistas y algunos jóvenes de Camurí Grande, en apoyo a las tortugas, están realizando turnos de rondas diurnas y nocturnas para proteger al reptil de esos depredadores humanos que, para sacar un provecho comercial, cortan la reproducción de este reptil en vías de extinción.

Fuente: eluniversal.com

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