La lluvia ácida como consecuencia de la contaminación del aire
Es el resultado de la transformación del dióxido de azufre y los óxidos de nitrógeno en contaminantes secundarios a secos o húmedos, tales como ácido sulfúrico, nitrato de amonio y ácido nítrico. La transformación de los óxidos de azufre y nitrógeno en partículas ácidas y vapor ocurre mientras esas sustancias son transportadas en la atmósfera por distancias de cientos a miles de kilómetros. Las partículas ácidas son depositadas por dos procesos: deposición seca o húmeda. La deposición húmeda es la lluvia ácida, el proceso por el cual los ácidos con pH normalmente por debajo de 5,6 son removidos de la atmósfera en la lluvia, nieve, aguanieve o granizo.
Las deposiciones secas suceden cuando las partículas, tales como las cenizas secas, sulfatos, nitratos y gases (como los nombrados ya antes), son depositados sobre superficies o absorbidos. Los gases pueden ser convertidos en ácidos al ponerse en contacto con el agua.
Un ácido es una sustancia que se caracteriza químicamente por la habilidad de reaccionar con un álcali para forma sal. Los ácidos tornan azul el papel tornasol rojo. Los ácidos fuertes pueden quemar la piel.
El pH es la escala para medir la cantidad de ácido en una solución. Esta escala es usada para medir las muestras de lluvia: 0 (acidez máxima), 7 (punto neutral), 14 (alcalinidad máxima, lo opuesto a la acidez). Mientras más pequeño es el número en la escala de pH, más ácido es. La lluvia que se mide entre 0 y 5 es llamada lluvia ácida.